miércoles, 31 de octubre de 2007

Educar es fascinante

Algunas corrientes, denominadas progresistas, animaban ya hace más de 30 años a renunciar a la autoridad. Se vivió entonces un clima de dejadez en el exigir. Actualmente, por contra, se ha puesto en valor el hecho de poder mandar-acompañar-liderar con determinación e ideas claras, evitando pasividades y proteccionismos.

Ahora, a principios de siglo XXI, es el tiempo donde la coherencia y la interpretación sincera del actuar humano son de vital necesidad. Vivir ha de significar una explicación, no una mera opinión o percepción simple de lo que parece ser propio al hombre.

Asimismo, puede ser muy enriquecedor considerar la autoridad, el derecho a recibir un servicio, desde el punto de vista de aquel que obedece o realiza una tarea para los demás. ¡Qué gran valor poder ejercer cualquier profesión honrada, para mejorar personalmente y poder elevar, a todos los niveles, a una sociedad, donde uno esté en cada momento. Y desde ese lugar, poder decir aquello de D. José Ortega Gasset «Yo soy yo y mis circunstancias y si no las salvo a ellas no me salvo yo». Pues sí, realmente todos influimos de alguna manera, sea cual sea nuestro nivel de responsabilidad, influencia o prestigio. Y podemos y debemos aumentar la excelencia de las personas que tenemos al lado, pues son nuestra gran «circunstancia».

En el amplio campo de la educación formal, familiar y no formal, habrá ocasiones en que será imprescindible exigir y dejarse exigir con fortaleza, siempre dentro de un ambiente amable y con espíritu deportivo. Esa fortaleza es muestra de verdadera estima, comprensión y confianza mutuas, entre padres e hijos, entre profesores y alumnos, entre amigos.

Esto no excluye la decisión firme, clara, de hacer y mandar hacer lo que se debe. Pero, en todo caso, los gritos o amenazas encendidas son las más de las veces innecesarias. Si esa actitud violenta menudea al ejercer la autoridad, será una muestra de falta de seguridad y preparación. Se descubre entonces una maravillosa ocasión para mostrarse más serenos, templados y prudentes.

También es verdad que en esos asuntos concretos y tan humanos, las cosas no son tan fáciles y evidentes. Pero hemos de poder fijar unos límites, en los que sí se debe actuar con una energía proporcionada a la necesidad educativa.

Al marcar límites ha de quedar manifiesto qué es lo que no se puede hacer, qué es un error, qué es una conducta inaceptable. Parafraseando a D. Julián Marías, esta limitación negativa es de suma importancia, porque elimina una larga serie de conductas injustificadas, inadmisibles, que hay que rechazar. Podrá quedar cierta vacilación respecto a la licitud o conveniencia de las conductas positivas; pero es muy grande el valor que encierra la evidencia de lo que no se debe ni puede hacer.

Importa mucho enunciar, y vivir y ver vividas, conductas que susciten estimación, adhesión sin reservas. Ellas serán sustento firme, posibilitarán seguir adelante sin vacilación, con la seguridad de que el punto de partida es justo y bien cimentado.

Así, aunque no tuviéramos seguridad ante el porvenir, que normalmente sí la habrá, siempre la tendremos respecto a nuestro punto de partida. Los pies bien en el suelo y con una gran esperanza de felicidad. ¿Quién se apunta?

Emili AvilésPadre de familia numerosa. Profesor especialista en pedagogía terapéutica.Subdirector de Educar es Fácil.
conoZe.com
17.X.2007

martes, 23 de octubre de 2007

La familia, escuela de valores

El niño es como una esponja que absorbe todo lo que se pone junto a su piel. Si a su lado encuentra cariño, será un niño cariñoso. Si a su lado encuentra vinagre, será un niño “avinagrado”. Mucho, muchísimo, depende de lo que le ofrecen quienes son responsables de su educación.

Los primeros encuentros de un niño se realizan en el seno de la familia y, más en concreto, en el contacto frecuente con la madre. La madre es la máxima “comunicadora” con el hijo, incluso desde el periodo embrionario, donde el contacto entre ella y el feto es de una riqueza enorme.

Existen estudios que muestran cómo el afecto materno en el periodo de la gestación puede llegar a influir en la vida de quien marcha hacia el esperado nacimiento. Además, desde el momento en el que el feto desarrolla el sentido auditivo, es capaz de escuchar la voz de su madre, y se habitúa al ritmo del latido del corazón, que es, quizá, el origen de nuestro entusiasmo ante los pasodobles y músicas interpretadas según el compás binario...

Ya en la gestación

Después del parto, la madre sigue ocupando un papel privilegiado. En muchos pueblos todavía la lactancia se prolonga durante varios meses, e implica un encuentro cara a cara entre ese par de ojos que es un niño de pocos kilos, y la mirada tierna y amorosa, llena de afecto y de esperanza, de quien le dio a luz.

Desde el nacimiento y con el pasar del tiempo los contactos se van abriendo a más personas. En primer lugar, al padre, que comparte con la madre las fatigas y sobresaltos de las primeras semanas (y meses) y que besa y ama a quien es su hijo e hijo de su esposa. Luego, a los hermanos, los abuelos, los tíos y primos... Los lazos familiares van marcando las primeras experiencias y relaciones de quien entra en el mundo adulto lleno de ilusión y con un gran espíritu de “absorción”.

Los contactos iniciales marcan profundamente la vida del hijo y lo introducen en el mundo de los valores. La generosidad se aprende en el continuo constatar la disponibilidad del pecho de mamá para las horas (más inverosímiles) de comida o cena. La alegría se aprende de las sonrisas que aquí y allá van dibujándose en los rostros de quienes se acercan a la creatura y contemplan sus ojitos sorprendidos y curiosos. La justicia entra en la conciencia del niño cuando “descubre” cómo el padre y la madre se reparten las tareas de la casa, y cómo se mantienen firmes ante una indicación o mandato que no cambia por más sonoro que sea el llanto del hijo (cuando ese llanto obedece sólo al capricho y no a una auténtica necesidad personal); o cuando ve una coherencia entre lo que dicen sus padres (“es malo ver este programa de televisión”, “si fumas te arruinas los pulmones”) y lo que hacen.

En las primeras etapas

El desarrollo de la propia vida ética depende también de otros factores, y se va configurando a lo largo de los años de la infancia, niñez, adolescencia, primera (y segunda) juventud, e incluso en la misma edad adulta. Pero lo que se ha sembrado dentro del hogar resulta ser de un valor extraordinario, muchas veces decisivo para el resto de la vida.

Por eso una familia que quiera un hijo feliz, un hombre maduro, debe prestar atención a esas primeras etapas, debe tomar conciencia del milagro maravilloso que se opera ante sus ojos: el ingreso en el mundo de los valores de un ser que mañana podrá ayudar, quiéralo Dios, a otros nuevos hombres y mujeres a ser felices como lo fue él gracias a unos padres que se amaban y que leamaban.

Fernando
Pascual
andalucialiberal.com

domingo, 14 de octubre de 2007

Encuentros para Matrimonios

DENOMINACIÓN HABITUAL: Diálogos

FUNDACIÓN: 1978

HISTORIA: Los Diálogos nacieron en Polonia por iniciativa de los esposos Irena y Jerzy Grzybowscy en colaboración con Stanislaw Boguszewski, un polaco residente en Canadá que les dio a conocer la realidad del Encuentro Matrimonial Mundial (ver WWME) y colaboró en la organización de un encuentro que, de forma experimental, se tuvo en Laski (Varsovia) en 1977. La primera comunidad del movimientos se constituyó con el segundo encuentro, organizado en Pewel, cerca de Zywiec, en enero de 1978. Los años siguientes vieron la difusión de la experiencia, adaptada a las condiciones locales, en distintos países de Europa centro-oriental. En 1996 el entonces Delegado de la Conferencia Episcopal Polaca para los movimientos católicos, monseñor Mieczyslaw Cislo, aprobó los primeros estatutos del movimiento. El 15 de agosto de 2004 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de los Encounters of Married Couples como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.

IDENTIDAD: Los Diálogos se proponen reavivar la unidad entre los esposos y su relación con Dios, por un lado, mostrando que la gracia del sacramento no se agota en el acto de su celebración sino que acompaña a los cónyuges durante toda la vida y, por otra, actuando para la constante edificación de la familia como Iglesia doméstica. La actividad del movimiento asume la forma de los llamados "retiros de base", guiados por tres matrimonios y un sacerdote. Durante los retiros, que duran tres días, los cónyuges son animados a replantearse el diálogo entre ellos, sobre la base de la enseñanza de la Iglesia que subraya la dimensión de la familia como comunidad de personas animada por el amor mutuo. La participación en los retiros, abiertos a matrimonios de todas las edades, con frecuencia sana situaciones críticas y ayuda a muchos a empezar o a volver al camino de la fe. Además de matrimonios, el movimiento organiza retiros para divorciados, para matrimonios en espera de adoptar niños, para novios. Programas especiales se elaboran para sacerdotes, consagrados y seminaristas. La formación de los matrimonios líderes, con una específica vocación de actuar en este ámbito en colaboración con los sacerdotes y expertos en psicología de la comunicación interpersonal, se funda en el estudio del magisterio de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia.

ESTRUCTURA: El movimiento está estructurado en centros diocesanos, formados por un mínimo de tres animadores casados y un sacerdote, cada uno de ellos guiado por un Consejo directivo. El conjunto de los centros diocesanos de un país constituye el Centro nacional, guiado por un Consejo directivo nacional. Los matrimonios líderes de todos los países se reúnen cada dos años para un tiempo de oración, de puesta al día y de intercambio de experiencias. A nivel internacional, los Diálogos están guiados por un Consejo directivo internacional, símbolo de la unidad del movimiento, cuyos miembros son elegidos con ocasión de los encuentros internacionales de los líderes de comunidad, que se celebra cada dos años. La composición de los Consejos directivos -constituidos por 6/8 personas entre las cuales el Presidente, el Vicepresidente y el Tesorero- es idéntica a todos los niveles.

DIFUSIÓN: El movimiento está presente en 7 países de Europa centro-oriental

SEDE CENTRAL:
Encounters of Married Couplesc/o Irena i Jerzy GrzybowscyUl. Meander 23 m. 22 - 02-791 Warszawa (Polonia)Tel. [+48]22.6496614E-mail: spotkmal@qdnet.pl

viernes, 5 de octubre de 2007

Familia y escuela: Constructoras de libertad

Sabemos que familia y escuela son básicas para educar buenos ciudadanos. ¿No os parece que estamos en un tiempo estupendo, para reconocer lo crucial de una participación activa de los padres en la escuela? Además de remarcar la importancia del ideario de cada centro, sea público o privado, como sello de calidad y transparencia. Así, en real sintonía, se pueden realizar proyectos comunes, esfuerzos compartidos, estrategias eficaces para el desarrollo integral de niños y jóvenes. Como dice un buen amigo, los padres mejoramos con los hijos.

En lo que respecta a Educación para la Ciudadanía, algunos padres delegarán tranquilos pues el libro de texto que han conseguido en su colegio es muy «adecuado». Otros, tal vez estén aún más tranquilos, pues quizás el mismo colegio ha coordinado la programación de esta materia de tal forma que la puedan impartir algunos padres y madres de familia de ese mismo colegio, capacitados para ello. Pero, desgraciadamente, eso no va a ser lo habitual.

Es por ello, que ahora parece que entendemos, aún mejor, y es de agradecer, la postura de muchos padres que ceden pero no conceden, aunque se les asegure para sus hijos una Educación para la Ciudadanía filtrada en sus contenidos más ideológicos. Es claro que no buscaríamos la verdadera libertad si no defendiésemos también la de los demás. Padres y profesores también podremos ser en esto buen ejemplo de ciudadanía. Cada uno verá si la objeción de conciencia puede ser el mejor medio para defender unas convicciones morales propias, que no sean obligadas ni limitadas por nadie.

Una postura sensata y constructiva sería reconocer y afianzar, al menos, dos puntos de encuentro entre las diversas tendencias político-educativas, para acercar posturas enfrentadas. ¿A ver qué os parecen? Estos puntos son: La tutoría y los contenidos de actitudes valores y normas que ya se trabajan en los centros educativos.

Está comprobado que la tutoría es un medio estupendo para la mejora personal de niños y jóvenes. Tiene mucho que ver con lo académico y con las virtudes y valores que se pueden transmitir en los centros educativos, por delegación de los padres. Es de gran eficacia para educar buenos ciudadanos.

El otro tema en común es que en los centros educativos, públicos y privados, ya se estructuran y proponen objetivos curriculares de formación en actitudes, valores y normas. Se trabajan de manera transversal y también en temas concretos desarrollados en las diferentes asignaturas. Además, los conceptos más destacados se comentan en asambleas de curso, en reuniones con padres de alumnos y se siguen, individualmente, en las tutorías.

Considero que en los procedimientos-actividades para trabajar estos riquísimos contenidos —habilidades sociales, inteligencia emocional, afectividad, principios de solidaridad, democracia e igualdad, civismo, cuidado de la naturaleza, educación vial y de consumo, etc., etc.- hemos de avanzar muchísimo todavía.

Por supuesto, tener más medios humanos, materiales y de tiempo para la atención personalizada a los alumnos, facilitaría en gran manera el salto de calidad que se necesita.

Esta readaptación en ejes transversales de contenidos, podría ayudar a centrar el tema de la educación en valores, tanto a la administración educativa, como a los centros, a los padres y a los profesores y alumnos. Tendríamos en las manos un ilusionante objetivo común, que seguro estimularía a unir fuerzas y evitaría contenidos impropios para nadie.

Esos conceptos y sus procedimientos-actividades, serán más o menos adoctrinadores según el ideario del centro escolar y del profesor en concreto. Pero, no por ello dejan de colisionar con el derecho prioritario de los padres a la formación moral de sus hijos.

Por eso, quiero decir que en Educación para la Ciudadanía urge reclamar unos contenidos diferentes, que se ciñan a la Constitución y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero que no entren en valoraciones morales.

Sea como sea, evitemos prejuicios. No es un enfrentamiento entre Religión y Ética civil. Es, ante todo, querer posicionarse a favor de la libertad de pensamiento, defenderse ante la invasión de unos derechos fundamentales protegidos expresamente en nuestra Carta Magna.

Incluso aunque fuera opcional, esta Educación para la Ciudadanía pone todo el peso y la preferencia del poder a favor de una concreta opción moral y antropológica. Si la aceptasen así los gobernantes y los poderes públicos en general, quienesquiera que fueran en cada momento histórico, renunciarían a su misión de garantizadores de la libertad ideológica de todos los ciudadanos. Y los padres y madres de familia cederíamos en nuestro derecho-obligación de ser parte principalísima en la educación de nuestros hijos.

Como es seguro que esto último no ocurrirá e imperará la sensatez, las aguas podrán volver a su cauce. Así, dedicaremos todos más energías para educar buenos ciudadanos, ayudando y dejándonos ayudar.

Emili Avilés. Padre de familia numerosa. Profesor especialista en pedagogía terapéutica.
Subdirector de Educar es Fácil.
conoZe.com
18.IX.2007

martes, 25 de septiembre de 2007

Los centros públicos españoles pierden alumnos nacionales

Con el comienzo de curso se ha reabierto en España el debate sobre la desigual distribución del alumnado inmigrante entre los centros públicos y los privados. Por segundo curso consecutivo, vuelve a subir el número de alumnos nacionales en la enseñanza preuniversitaria, aunque tímidamente. El alumnado que más crece es el inmigrante, al que corresponden tres de cada cuatro nuevas matrículas.


Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Educación, que abarcan los años 1994-2006, los centros públicos escolarizan a dos tercios del alumnado total, proporción prácticamente constante durante todo el periodo. Al principio, la distribución de los alumnos inmigrantes se movía también en torno a esa cifra. Pero después la proporción de alumnos extranjeros en los centros privados (tanto concertados como no concertados) ha ido disminuyendo desde el 30,5% en el curso 1994-1995 al 17,9% en el 2006-2007.


Hay quienes sostienen que la causa de la desproporción está en que los centros privados ponen filtros a la escolarización de inmigrantes, y abogan por establecer un reparto obligatorio. De hecho, la reciente Ley Orgánica de Educación dispone que los centros concertados deberán reservar un número de plazas, fijado por las comunidades autónomas, para los inmigrantes que lleguen con el curso empezado. La presidenta de la confederación de padres CEAPA, de carácter izquierdista, argumenta que, “para cambiar la tendencia, seguimos pidiendo que todos los padres soliciten plaza para sus hijos en oficinas centralizadas en cada municipio para que se les distribuya” (El País, 12-09-2007).


Pero Manuel de Castro, secretario general de la Federación Española de Religiosos en la Enseñanza (FERE), declara al respecto que los centros concertados no tienen ningún problema en asumir el porcentaje de alumnos inmigrantes que les corresponde, pero a la vez recuerda que no se puede imponer a los padres un centro educativo.


Reparto desigual


Además, el desequilibrio se debe en buena parte a que tanto la población inmigrante como los centros privados están desigualmente repartidos. Es cierto que existen colegios públicos en los que la tasa de extranjeros alcanza cifras superiores al 80%, pero también se da el mismo caso en centros concertados. Así ocurre en toda escuela situada en un barrio de inmigrantes, sea pública o concertada.


El caso es que las medias nacionales ocultan que existen grandes zonas con escasa presencia de centros privados. Y los datos del Ministerio sobre la distribución de alumnos extranjeros no distinguen entre centros concertados y el resto de los privados; pero pocos inmigrantes acuden a colegios sin concierto, pues no son gratuitos. Resulta ilustrativo, por eso, el caso de la Comunidad de Madrid, donde tanto la población inmigrante como las escuelas privadas se dan en número más elevado, y hay estadísticas separadas sobre los centros concertados.


En el curso 2005-2006, los colegios públicos de Madrid tenían el 54,4% de la población escolar total y el 74% de los alumnos inmigrantes. Como la enseñanza concertada tiene en Madrid más presencia registraba un porcentaje de extranjeros (19,4%) mayor que la privada (incluida la no concertada) de todo el país (18,6%), con menor parte del alumnado total (28%, frente al 33% de la privada en el conjunto de España).


Por otro lado, en los últimos años el desequilibrio ha aumentado no solo porque los colegios públicos reciban un número desproporcionado de inmigrantes, sino porque pierden alumnos nacionales. Desde 2003, la enseñanza privada crece tanto en estudiantes españoles como en extranjeros. En cambio, en la pública solo aumentan los extranjeros.


Parte de la explicación parece estar en que, como es lógico, las familias inmigrantes tienen menor conocimiento del sistema escolar y de los procedimientos para elegir colegio entre los gratuitos, públicos o concertados. Un ejemplo que puede aportar luz es lo ocurrido en el colegio público San Ildefonso, de Madrid. Allí los alumnos inmigrantes eran el 60% en el curso 2002-2003; la cifra descendió al 40% en el curso 2006-2007, después de que el centro adoptara la enseñanza bilingüe en inglés. El director señala que “si ofertamos algo de calidad, en este caso una educación bilingüe, como hacen muchos centros concertados, la demanda de plazas en el colegio sube. Si no das calidad o imagen de calidad, los españoles se van” (El País, 13-09-2007). De hecho, continuaba, tuvieron que dejar fuera un 50% de las solicitudes de admisión.


La fuerte concentración de inmigrantes, que por término medio es un alumnado más difícil de enseñar y más necesitado de atención, supone una dificultad adicional para la escuela pública. Pero no parece ser el factor determinante de sus peores resultados. Como revela un reciente estudio (Etefil 2005) del Instituto Nacional de Estadística, analizado en la revista Magisterio (5-09-2007), el fracaso escolar de la pública (33%) duplica de sobra el registrado en la concertada (13,9%). Pero los datos corresponden al curso 2000-2001, en que los inmigrantes no eran más que el 2% de la población escolar (ahora son el 8,4%).

Firmado por Fernando Saiz Fecha: 19 Septiembre 2007
Aceprensa

martes, 18 de septiembre de 2007

Abuelos, hijos y nietos

Cuando tenemos más días de descanso aumentan las ocasiones de trato con familiares y especialmente entre abuelos, hijos y nietos. La calidad de esta convivencia intergeneracional será una buena muestra de cómo estamos construyendo un mundo mejor para los que, tarde o temprano, nos van a relevar en esta vida.

Seguro que estaremos de acuerdo en que nunca será suficiente una relación “de mínimos” entre abuelos, hijos y nietos. Y es que tenemos el sentido común para entender la equidad como la perfección de lo igual. Es una forma de mejorar o asegurar lo justo formulado por las leyes.

Recordemos que en una sociedad verdaderamente justa, los principios de equidad e igualdad no se anulan uno al otro. Ambos se aplican porque son interdependientes: ninguno es suficiente sin el otro. En una sociedad de iguales donde no hay equidad, habrá una igualdad restringida porque todos somos diferentes desde el punto de vista biológico, social y cultural, y necesitamos cosas distintas en tiempos distintos. De ahí que no en todas las circunstancias la equidad entre generaciones se manifiesta de la misma manera.

Tenemos claro que lo que se pasa de abuelos a hijos y de éstos a nietos no es una mera acumulación de conocimientos o bienes. Es, intentemos que sea, además, una transmisión de valores, una dinámica de mejora integral de la persona y su entorno. Este incremento debería generar una extensión de “vida buena” en todos los ámbitos de las relaciones humanas: política, educación, economía, ciencias, ecología, etc.

La importancia de la convivencia

Considero que la mejora de la generación siguiente tiene mucho que ver con la cohesión familiar, ya que es la familia medio eficacísimo de atención desigual, y desiguales somos las personas. Así, ocurre que la riqueza global que se transmite, queda asegurada por el vínculo estrecho y sincero entre una generación y otra.

Vemos evidente la necesidad de más trato, más convivencia entre padres e hijos. Pero no perdamos ocasión también para que nietos, hijos y abuelos compartan entre todos ellos tiempo libre y descanso, juegos y conversaciones que, aunque sean “batallitas”, correcciones o pequeñeces de unos u otros, alimentarán una estima y comunicación valiosísimas para el futuro de todos.

La prudencia, experiencia vital, comprensión y ternura –contra toda adversidad o desánimo– que muestran muchas abuelas y abuelos, pueden compensar de manera extraordinaria las tensiones y precipitaciones de los adultos, pues a veces nos vemos condicionados por la “urgencia” del momento o la falta de perspectiva vital.

Para tener perspectiva

En todo caso, abuelos y padres acordarán los medios para evitar desautorizaciones hacia éstos últimos, y también para superar la excesiva protección de los más mayores sobre los nietos.

La fragilidad, limitaciones y necesidades extraordinarias de la ancianidad pueden resultar una auténtica carga. Pero no es la persona anciana en sí una carga, sino sus circunstancias de edad o enfermedad. Por ello, la familia puede y debe unirse y reunirse en torno a los ancianos, sean más o menos capaces, como también se solidariza con un enfermo de 20, 30 ó 40 años.

Además, reconozcamos la importancia que tiene para los niños el hecho de poder situarse, en el tiempo, respecto a sus ascendentes, saber de primera mano experiencias antiguas y fascinantes, conocer sus raíces.

Seguro que podemos construir un diálogo más comprensivo y fluido. Convertiremos el conflicto que pueda aparecer en cooperación. Niños, jóvenes, adultos y ancianos, nos sabremos miembros de un maravilloso equipo que extiende su siembra de felicidad –con dificultades, por supuesto– a lo largo de la historia humana, generación tras generación.

Emili Avilés i Cutillas
Mujer Nueva

lunes, 10 de septiembre de 2007

Adolescentes en acción

Si padres y educadores disfrutamos realmente, será fácil, aunque laborioso, ayudar a nuestros adolescentes a hacerse hombres y mujeres cabales.

En los tiempos que corren puede haber más dificultades, más fuentes de conflictos, pero el cambio de ser una persona dependiente a independiente es preciso afrontarlo con buen ánimo.

Es claro que la adolescencia trae cierta descoordinación afectiva, mucha inestabilidad emocional, una gran imaginación desbordada, y el típico narcisismo. Contemos con ello, es lo que toca.

Pero el asunto es que, además, nos enfrentamos a un ambiente social que exagera la conciencia del yo individual. Y eso es una importante dificultad, ya que para conseguir el normal desarrollo de la propia identidad, del propio carácter, es necesario también descubrir a los demás, llegar a la raíz última de las virtudes y valores, reconocer su riqueza, abrirse al mundo.

Creo que una causa principalísima de muchos conflictos psicológicos de los adolescentes de la sociedad actual, es que los ambientes familiares y escolares a veces pueden seducir, tolerar e incluso adular a estos chicos y chicas en plena efervescencia. Cuando, en realidad, necesitan asumir responsabilidades, que contemos con ellos, que les exijamos con confianza y seguridad.

El ambiente hace más difícil si cabe la situación

Otra causa que podría agravar los cambios emocionales, de humor y conducta, e incluso condicionar la formación del carácter de nuestros adolescentes, es el sentimentalismo y utilitarismo que se extiende en la familia y en las relaciones de amistad. Ese tipo de interacciones no puede ser una “escuela” de vida auténtica.

Dificultades añadidas

También necesitan –necesitamos todos– más modelos que presenten el “bello riesgo”, de ir contra corriente, que les muestren, vividos y posibles, ideales nobles.

Hemos de hacer asequibles ambientes donde se motive y trabaje una verdadera libertad, se viva con austeridad, fortaleza y espíritu de servicio. Eso es necesario para conocer lo mejor y asumir vínculos de calidad.

Asimismo, nuestros adolescentes perciben múltiples muestras de “exitosas” y famosas existencias con una doble ética (pública y privada), cuando ellos detestan rotundamente todo tipo de hipocresía o de doble vida. En este sentido, sufren salvajes presiones que les llevan a confundir lo útil con lo honesto.

Por otra parte, considero que lo precipitado y superficial de sus lecturas, aumentan las dificultades para un desarrollo equilibrado de nuestros adolescentes. El desconocimiento real y práctico de la Literatura, Filosofía e Historia, les dificulta diferenciar lo permanente de lo pasajero, lo esencial de lo accidental, lo racional de lo animal, lo justo de lo injusto.

Aprovechar sus aspectos positivos

Otro asunto a comentar es que el excesivo carácter de practicidad –¿para qué sirve esto que estudio?– que a veces les obsesiona, no siempre sabemos compensarlo con explicaciones adecuadas o metodologías modernas aplicadas a las Humanidades, necesitadas de una mayor promoción por parte de las autoridades educativas.

Aprovechemos el espíritu crítico de los jóvenes y su creatividad, para que sepan evitar, imaginativamente, el “bombardeo” de superficialidad y apariencia y la moda-obligación-estímulo de aficiones y entretenimientos insustanciales que les amarran, sacándolos de la realidad.

Quiero acabar con optimismo y romper una lanza a favor de nuestros adolescentes. Será preciso animar la virtud de la esperanza que tanto necesitamos todos, ellos y nosotros mismos. Un medio estupendo será el ejemplo mutuo y ejercitarse en una cultura cívica que nos aleje tanto de los estatismos agobiantes como de los órdenes económicos individualistas, que llevan a la gente –pequeños y mayores– a desentenderse del bien común o “interés general”.

Para esto, urge una preparación ética y cultural que les capacite –nos capacite– para lanzar las propias propuestas de regeneración social y mejora de cada persona, sea quien sea, próxima o ajena.

En nuestras manos está promover el desarrollo de los jóvenes en un ambiente acogedor, de calidad moral, con amplia y limpia perspectiva sobre la realidad. Seguro que, así, el relevo generacional será amable y de verdadero progreso.


Emili Avilés i Cutillas
Mujer Nueva

De este tema
estamos hablando aquí en los foros de Intcat

jueves, 6 de septiembre de 2007

El desafío de la educación (III): colegios mediocres, ¿por qué?

Profesores sin autoridad, alumnos sin motivación, falta de ideario... las causas se conocen, y hay solución en seis pasos.

Durante estos más de diez años, en que la LOGSE o la Reforma de la educación y sus consecuencias han hecho estragos, una gran mayoría de colegios e institutos han ido cayendo en la mediocridad.

Por un lado, porque se ha desconfiado de la autoridad del profesor al hacer de cada sanción un proceso judicial que lleva más de un mes. Esto ha llevado al desencanto de muchos profesores, al descenso de su autoestima y a situaciones de estrés y de depresión. Ver “El desafío de la educación (II)”.

Por otro, porque se han unido, en una misma clase, alumnos que daban un nivel normal para el estudio, con alumnos que lo suyo no es estudiar (de un 25 a un 30%) y que antes de la Reforma iban a formación profesional. Esta nefasta mezcla fue defendida como buena, por ejemplo, por el máximo cargo de Educación de una autonomía diciendo que era “una perversidad separarlos”. Como no se consigue que los alumnos poco dotados sigan el ritmo se iguala a la baja y se dejan pasar asignaturas y cursos con unos niveles, en muchos casos, realmente desastrosos.

Se iguala a la baja

Otro factor importante, es que muchos centros no tienen un ideario claro de lo que pretenden enseñar a nivel de educación-urbanidad y formación humana. Y por tanto los profesores no tienen un llamémosle “código de conducta” al que el conjunto de los profesores pueden hacer referencia para tender a él, y ceñirse para dar un buen control de calidad al formar a los chicos y por tanto ofrecer un buen servicio a los padres.

Esto es especialmente llamativo en los centros de la administración. Debido a que el funcionamiento de los centros de la administración se decide en gran medida en los claustros de profesores de una forma democrática, en lugar de ser la directiva la que marca la línea a seguir, resulta prácticamente imposible ponerse de acuerdo entre los profesores, en unos mínimos, respecto a temas de ideario. Y entonces los mínimos son ya las transgresiones de la disciplina. En estos centros se cae fácilmente en la mediocridad a nivel de formación humana de los estudiantes. Y, por tanto, es muy difícil que no se caiga también en la mediocridad, o en niveles todavía más bajos, en lo referente a la instrucción.

En cambio en otros centros, principalmente en los privados y en los concertados, suele haber un ideario y unos objetivos muy claros a conseguir a tres niveles: 1. de educación-urbanidad; 2. de formación humana; 3. (no siempre) de formación espiritual. O sea que, en la mayor parte de ellos, lo que se busca es la excelencia en esos tres niveles para cada alumno, dentro de las capacidades de cada alumno.

Sin ideario en la pública

Otro factor importante,
es la falta de real y total libre elección de centro por parte de los padres para sus hijos. En el estado de Utha de EEUU se ha aprobado el cheque escolar, con lo que los padres pueden elegir el centro que quieran, privado o de la administración, sin ningún tipo de limitación. El único límite es que quede plaza en la escuela que se pide.

Es evidente, que en una situación como la de Utha, los padres hablan entre ellos de las prestaciones que les dan los colegios a los que asisten sus hijos, y por tanto pueden comparar y elegir lo que más les conviene para ellos. Esto establece, lógicamente, la competencia entre los distintos centros, que indudablemente es un factor saludable en el que se tiene que basar la mejora de la enseñanza. Está claro que cada centro deberá tener una mayor autonomía de la que gozan actualmente los centros en España.

Sin elección de centro

Pero en España existe la zonación
, que ha llevado a quitar esa libertad total de elección de los padres. En Inglaterra y en Francia se ha visto que la zonación lleva a que los centros de barrios buenos resulten buenos y los de barrios marginales sean malos. De tal manera que en Francia el candidato de centro-derecha ha propuesto que se quite “la carte scolaire”, que es la zonación, y que se tenga libertad para llevar a los hijos al centro que se desee.

Posibles remedios

A la vista de lo expuesto
aparecen bastante claros estos remedios.

1. Devolver la confianza y autoridad a los profesores , quitando esos largos procesos paras sancionar. Ya lo abordé en “El desafío de la educación (II).”

2. Creación de itinerarios para los alumnos con distintas tendencias vocacionales, teniendo en cuenta sus capacidades y habilidades.

3. Que cada centro tenga un ideario y unos objetivos muy claros a conseguir a tres niveles: 1. de educación-urbanidad; 2. de formación humana; 3. (cuando se requiera) de formación espiritual. Buscando con ellos la excelencia. Si no es así estamos abocados al fracaso.

4. Dar a los padres libertad total de elección de centro quitando la zonación, dando el 100% del coste por alumno a los centros concertados. Y mejor aún, dar el cheque escolar como en el estado de Utha. Establecer compartimientos estancos –como la zonación– elimina la competencia entre centros.

5. En los centros de la administración, si se quiere competir con los privados y concertados, hay que quitar el poder del claustro para decidir sobre temas de ideario y que sea la directiva la que realmente pueda establecer unas líneas claras a seguir por todo el claustro.

6. Dar mayor autonomía a los centros.

Carles Clavell
ForumLibertas.com

martes, 28 de agosto de 2007

El desafío de la educación (II)

La crisis de autoridad en el colegio por no haber confiado en el profesorado.

La LOGSE, tres grandes errores en cuanto a disciplina y posibles remedios.

Antes de la LOGSE ya algunos profesores habían rebajado la exigencia en el respeto que los alumnos deben tenerles. Lógicamente unos profesores la habían rebajado más que otros. Algunos se hacían llamar por el nombre en lugar de señor o señorita y el apellido, y se dejaban de tratar de tu, o hacían caso a los alumnos cuando les decían, a veces de lejos y gritando, “oye profe” o “oye seño”. O les pasaban por alto ciertas faltas de respeto. Y como dicen los ingleses “si no cuidas los peniques, tendrás que cuidar las libras”. Es decir que si no cuidas los detalles tendrás que cuidar las cosas gordas.

Antes de la Reforma que trajo la LOGSE cuando había una falta de disciplina de pequeña entidad había sistemas distintos para resolverla como por ejemplo echar de clase al alumno por unos minutos, copiar una lección, una nota a los padres por parte del profesor, etc. Y en general no había más problema.

Cuando la falta de disciplina era de mayor entidad se iba al tutor o al jefe de estudios. A veces se consultaba al director. Se determinaba la sanción que era tomada el mismo día o al día siguiente, que no pocas veces consistía en una expulsión por uno, dos o tres días del centro. Se solía hacer que los padres fueran al centro y se les explicaba el motivo de la sanción. El jefe de estudios llevaba el control de las expulsiones y cuando un alumno reincidía se podía expulsar al alumno más tiempo, si era necesario. Si el asunto era muy grave o el número de reincidencias era alto, se procedía a incoar un expediente que podía tener diversas consecuencias.

Los tres grandes errores de la LOGSE en cuanto a disciplina

Con la llegada de la LOGSE se produce el desmoronamiento de la autoridad del profesor. De toda o casi toda falta de disciplina se hace un castillo. Lo que en general antes era una cosa sencilla, se transforma en un expediente prácticamente judicial. Se hace un “parte” de la falta de disciplina. Mientras, el alumno sigue asistiendo a clase como si no pasara nada. Se nombra un “instructor” de esa falta de disciplina. Éste tiene que iniciar un proceso en el que tiene que escuchar al profesor afectado, a los padres o tutor y al alumno en presencia de su padre o tutor. En los últimos dos casos citándolos por escrito y respetando unos plazos mínimos. El instructor propone al Consejo Escolar la sanción con una exposición de motivos y es ése órgano el que tiene la última palabra. Todo esto en la práctica suponía en el mejor de los casos un mes.

Total que el interesado, si era sancionado, lo era al cabo de más de un mes. El alumno apenas relaciona la causa –la falta de disciplina– con el castigo. Durante todo este tiempo el profesor interesado y el alumno han seguido teniendo las clases y quedando impune lo que el alumno había realizado. Además el resto de los alumnos ven que efectivamente allí no pasa nada, y cuando pasa ya casi ni se acuerdan y mientras el profesor, y quizá toda la clase, aguantando mecha.
Es decir que se va difundiendo la idea –porque así es, de hecho–, de que no se confía en el profesor y se establece una especie de juicio, en el que el juez es el instructor (primer gran error). Así llegan los alumnos a la conclusión de que pueden hacer lo que les da la gana sin que de hecho pase nada. Y cuando pasa es al cabo de mucho tiempo –y más para los alumnos de estas edades–, con lo que apenas tiene efecto.

La inmediatez, o la proximidad del castigo respecto de la falta, es muy importante en los estudiantes a estas edades. Prescindir de este aspecto –la contigüidad del castigo con la falta– es quizá el mayor error de la LOGSE en lo que se refiere a la disciplina, que quita la autoridad del profesor (segundo gran error). Y llevará a que la clase llegue a ser un campo de batalla en el que en muchos casos hay profesores que dicen que de los cincuenta minutos de clase, a veces pueden aprovechar veinte para explicar y aún así con dificultades.

Otro hecho muy importante es que con la LOGSE el alumno no pierde el derecho a asistir a clase haga lo que haga (tercer gran error). El alumno tiene que cumplir unos mínimos –porque es sujeto de derechos y de deberes. Cuando el alumno piensa –como ocurre ahora en muchos centros– que él sólo tiene derechos y no tiene ningún deber, entonces el profesorado está perdido. Algún alumno llega a decir al profesor “¡Pobre de ti que me insultes, que te denuncio!”

Posibles remedios

En primer lugar: devolver la confianza a los profesores en todos los ámbitos de la disciplina, haciendo que los castigos sean el mismo día o al día siguiente hablando sencillamente con el jefe de estudios, y por tanto eliminando ese proceso judicial salvo en casos extremadamente graves en cuanto al hecho del alumno y de la fundada falta de confianza en el profesor a juicio de la Junta Directiva.
En segundo lugar: no dar nunca la impresión de que los alumnos no tienen más que derechos. El alumno en primer lugar tiene deberes que son los de asistir a clase con lo necesario para trabajar y estudiar. Y hacerlo de forma que rinda, aprenda y saque las mejores notas posibles para él. Por poner un ejemplo, si un alumno no lleva bolígrafo, ni libreta, ni los apuntes de los últimos días para estudiar, y cuado se explica no toma apuntes, ese alumno pierde el derecho a estar en clase por no cumplir estos requisitos. Y lo normal será echarle de clase.

En tercer lugar: cuidar todos los detalles de educación. Hacer que los alumnos traten al profesor de usted y le llamen diciendo señor con el apellido, o señorita o señora según el caso, evitar determinadas confianzas, y reñir toda falta de respeto. Hacer recoger los papeles del suelo, etc.

En cuarto lugar: no rehuir los castigos físicos como dar vueltas al patio, copiar lecciones, hacer una redacción sobre la forma que tiene que comportarse un alumno en clase, en la calle con la gente, etc. Echar de clase por unos minutos hasta que se calme.

En educación la confianza en el que educa es clave y la autoridad y el orden es imprescindible para que los alumnos puedan seguir las explicaciones del profesor.

Carles Clavell Ortiz-Repiso ForumLibertas.com

viernes, 24 de agosto de 2007

El desafío de la educación (I): la LOGSE o no aceptar la verdad

No se aceptó que existen tendencias vocacionales: de ahí nacen varias causas del desastre actual en la educación.

Hace unos quince años se puso en práctica la LOGSE. Tomaba como uno de los grandes puntos de partida los principios de la “comprehensive school”. Según esos principios los alumnos tenían que cursar el mismo currículum hasta los dieciséis años, en que podían entrar en el mercado laboral.

De esta forma no se ponía en evidencia que había unos estudiantes más listos que otros –lo que parece una especie de tabú para ciertos sicólogos y pedagogos de ciertas tendencias–, y no se producía un agravio a los que eran menos inteligentes. Hasta tal punto esto se consideraba así que al ponerse en marcha la LOGSE, la por entonces consellera d’Educació de Cataluña, dijo que separar a los estudiantes a los catorce años era una “perversidad” (sic). Al parecer ya no lo era hacerlo dos años más tarde, a los dieciséis.

Antes de la implantación de la LOGSE, los alumnos que se veía claramente, en 7º y 8º de EGB de aquel entonces, que iban mal en los estudios pasaban a hacer formación profesional. Desgraciadamente la formación profesional, aunque algo más práctica, seguía siendo demasiado teórica, y su índice de fracaso era más alto de lo esperado.

Con la implantación de la LOGSE todos esos alumnos que hacían 7º y 8º de EGB pasaron a hacer 1º y 2º de ESO. Y es ahora en estos cursos –1º y 2º de ESO–, en los que se aprecia, que para ciertos alumnos, lo suyo no es el estudio. Incluso ellos mismos se dan cuenta de que no les interesa, y que preferirían algo más práctico y concreto –menos abstracto–. Quizá se puede decir que los alumnos en esta situación son del orden del 25 ó 30% del total.

Una de las grandes causas del fracaso de la ESO –hay más y las veremos en otros artículos–, está en que esos chicos, que antes pasaban a formación profesional, siguen ahora con los demás alumnos en 3º y 4º de ESO. Y entonces, no sólo no tienen interés, sino que algunos de ellos presentan rechazo al estudio y boicotean consciente o inconscientemente la actividad de la clase de muy distintas maneras –preguntas improcedentes, comentarios que interrumpen la explicación, bolas de papel que tiran a compañeros, y un largo etc. Esto da lugar principalmente a que:

1. O no se pueda explicar, o muy poco;

2. que los alumnos que tienen interés vean que aquello es un guirigay y que no vale la pena la clase;

3. los alumnos no tengan ningún interés en estudiar la asignatura o en hacer los ejercicios o las dos cosas, con lo que los resultados de los exámenes son extraordinariamente bajos;

4. produce un elevado nivel de frustración en el profesor que ve que lo que está haciendo no sirve para nada o para muy poco.

El resultado –en los profesores–, de la constante lucha por mantener un mínimo de disciplina en clase, de ese elevado nivel de frustración, y del cansancio psíquico que produce esta situación, es un alto porcentaje de profesores en estado de estrés, que en no pocos casos conduce a la depresión.

El error fundamental de la LOGSE

Es haber seguido el principio de la “comprehensive school” –que ya un ex-ministro de Educación de Inglaterra dijo que había sido un error. Porque con este principìo y por tanto con la LOGSE, "no se acepta la verdad” de que existen unas tendencias vocacionales de las personas –estudiantes o no–, que están relacionadas con las capacidades –intelectuales o no–, de las personas .

Querer disimular las diferencias de capacidad y vocacionales para que los estudiantes no se frustren –como aducen “pedagogos y psicólogos modernos” que se autocalifican como “progresistas”–, ha creado los males que ahora tenemos y que vamos a tardar bastantes años en erradicar.

Y vamos a tardar muchos más años si los políticos siguen usando la educación como moneda de cambio o continúan considerando este proceder –que es erróneo en su misma raíz porque somos distintos–, como lo “políticamente correcto”.

Posibles remedios

Hacer varios curricula teniendo en cuenta las diferencias de capacidad y vocacionales. Y eso sin ningún miedo que se pueda pensar –porque lo pensarán igual–, que uno es para los listos y otros más adecuados a personas menos inteligentes. Y esto no es discriminación en el sentido peyorativo del término, sino adecuación de los medios a la capacidad y vocación de las personas.


Carles Clavell Ortiz-Repiso
ForumLibertas.com

sábado, 18 de agosto de 2007

El rey desnudo

Detrás del fracaso escolar masculino hay otras realidades que desprecian los actuales responsables

Este curso escolar nos ha dejado el amargo sabor del fracaso y la mediocridad. Los documentos del Ministerio de Educación y Ciencia nos muestran con crudeza la situación académica de nuestros niños y jóvenes. España es el tercer país de la Europa de los veinticinco, después de Malta y Portugal, en abandono temprano de la educación. Según datos de la OCDE, un 33% de alumnos deja los estudios tras la ESO (sólo por delante de la República Eslovaca, Turquía y Méjico).

Pero lo más llamativo es un dato evidente, que aparece de forma reiterada en todas las estadísticas y que los responsables de la educación parecen ignorar totalmente: el fracaso escolar en nuestro país constituye una problemática principalmente masculina. El fenómeno afecta por igual a todas las enseñanzas y ciclos, se mantiene con la misma intensidad tanto en las enseñanzas profesionales, como en los ciclos educativos que forman parte de la enseñanza obligatoria, y se concentra en la edad de 15 a 18 años, lo que supone que, en todos los tipos de enseñanza, las chicas obtienen mejores resultados actualmente y la diferencia va progresivamente en aumento.

Los varones están en crisis desde el punto de vista educativo. Las chicas sacan mejores notas y acceden en mayor medida a la Universidad. En contra de lo que infundadamente piensa la mayoría de la sociedad y como demuestran los estudios, son las chicas las que están arrasando en los colegios. El chico tipo está un año y medio por detrás de la chica tipo en lo que se refiere a leer y escribir; está menos comprometido en el colegio, se comporta peor y es más improbable que acabe realizando estudios universitarios. Lejos de aparecer tímidas y desmoralizadas, las chicas de hoy ensombrecen a los chicos. Consiguen mejores calificaciones. Tienen aspiraciones educativas más altas. Siguen programas académicos más rigurosos y participan en clases de alto nivel en mayor porcentaje. Muchas más chicas que chicos estudian en el extranjero.

A principios de los 90,The Times advirtió de la posibilidad de dar lugar a una segunda clase de hombre, sin habilidades y sin empleo. También el Economist se refirió a los chicos como «el segundo sexo» el día de mañana. La revista Business Week, en mayo de 2003, publicó un preocupante artículo (How the educational system bombs out for boys?), sobre cómo los chicos están siendo marginados por el sistema educativo, frente a unas chicas que, en igualdad de edad, los superan en capacidades. Le Monde de l´Education señaló recientemente la preocupación de los sectores educativos por la inadaptación de los chicos.

En España se ignora la existencia de este fuerte componente sexual en el fracaso escolar. Es un aspecto del que nunca se habla, pero que los docentes conocen perfectamente. Se barajan otras muchas variables —la edad, la raza, el nivel económico—, pero la relativa al sexo se ha extirpado de nuestros datos porcentuales. En consecuencia, no hay ninguna actuación para darle solución.

Mientras continuemos ignorando que el rey está desnudo, seguiremos sin solucionar el fracaso escolar que sufren nuestros muchachos. Este asunto se suele despachar en la mayoría de las ocasiones con la idea simplista de que las chicas son más estudiosas, pero lo cierto es que detrás de los datos de fracaso escolar masculino se esconden otras realidades psicológicas y sociales que son absolutamente despreciadas e ignoradas por los responsables actuales de la educación. Como afirma Donna Laframboise, en relación con las niñas todos estamos pendientes de los fallos del sistema educativo, del acoso en las escuelas, de la falta de estimulación de los padres, de los roles y estereotipos que la sociedad les impone. Pero en el caso de los niños, se les echa la culpa a ellos de su propio fracaso, no a las circunstancias, al modelo educativo o a la sociedad. Esto es injusto y trae nefastas consecuencias.

El menor rendimiento escolar puede generar —y más en la adolescencia— complejo de inferioridad, descenso de la autoestima, absentismo, necesidad de evasión de la realidad por medio del consumo de drogas y alcohol. La estabilidad emocional de algunos niños se ve afectada por la incomprensión a la que se ven sometidos durante la convivencia escolar constante con el sexo opuesto. Diversas investigaciones están dando cifras preocupantes de depresiones en niños y jóvenes, que suelen manifestarse con un bloqueo en los estudios que nadie se explica.

Los chicos españoles son cada vez más analfabetos que las chicas y están más desubicados que nunca. Tienen problemas, pero nadie sabe a qué se deben o cómo abordarlos. Los planes de igualdad en las escuelas no hacen sino ahondar aún más en una postura radicalmente errónea que pretende negar unas características propias a los varones. Nuestro sistema educativo está dando a los muchachos mucho menos de lo que merecen académicamente hablando.

Es necesario que los poderes públicos y las administraciones educativas se quiten la venda de los ojos y reconozcan la existencia de unas diferencias sexuales en el aprendizaje que están siendo despreciadas y cuya ignorancia provoca que los chicos se frustren, reduzcan su nivel de aspiraciones, piensen que estudiar es «cosa de chicas» y se hagan notar por medio de los excesos de violencia que llenan últimamente las páginas de nuestros periódicos. Nuestros muchachos no necesitan medicamentos contra la hiperactividad, psicopedagogías liberadoras, políticas de género o planes de igualdad que los rescaten de su masculinidad. Lo que necesitan son enormes dosis de comprensión y un sistema de enseñanza que se adapte a sus peculiares características y a sus tareas vitales específicas.

María Calvo CharroProfesora de Derecho Administrativo en la Universidad Carlos III
La Gazeta de los Negocios
27.VII.2007

viernes, 17 de agosto de 2007

En busca de la autoridad perdida


Unos meses antes de ser elegido presidente en Francia, Sarkozy estuvo en España. Aprovechó para lanzar algunos aspectos de lo que constituiría su programa electoral, que ha recibido el apoyo masivo de los franceses. Entre esos avisos de intenciones, hubo uno que llamó la atención: proponía que los alumnos se levantaran al entrar o salir del aula el profesor. Abogaba por reforzar la autoridad del profesor, hoy tan entredicho, cuestionado por padres y alumnos, y además envuelto en complejos culturales que el mismo profesorado ha cultivado, y que casi le hacen cautivo de su casi alentado deterioro.

Como cierre de su campaña electoral, Sarkozy dijo que había que romper con el Mayo del 68, con los principios del “todo vale”. Uno de los elementos ideológicos de Mayo del 68 fue el anarquismo, el intento de eliminar cuanto sonara a autoridad. Las víctimas no han sido pocos: la autoridad de los padres y la autoridad de los profesores han sido las grandes perjudicadas. Pero han minado la autoridad no sólo los jóvenes, sino las corrientes culturales, ciertos medios de comunicación, los propios profesores y los propios padres: los jóvenes se han encontrado con un sistema que les animaba a ser espontáneos sin responsabilidad, a demostrar que tenían personalidad si no aceptaban la autoridad.

"Todo vale"

En estos cuarenta años, la dictadura del “todo vale” ha hecho estragos. Las víctimas principales, al menos en mi opinión, no son los adultos, sino los jóvenes, porque han crecido con una fragilidad inusitada. Cualquier contrariedad o dificultad la evitan y la más mínima aparición de “estrés” se asocia a un mal peor que la peste. Una buena dosis de la formación sólida de los jóvenes la constituye la asunción de responsabilidades y la aceptación de la autoridad, como factores clave en la educación.

Pero los padres siguen sobreprotegiendo a los jóvenes: en vez de reforzar a los profesores, critican abiertamente a los docentes. En ese clima, esporádicamente surgen actos de violencia –de diversa índole, física o psíquica– de alumnos hacia sus profesores, de padres hacia los profesores. Los profesores también han caído en su propia trampa, al evitar desde hace años posturas de autoridad y criterio. Ahora, profesores y padres recogen su claudicación de deberes, y desean recuperar el norte perdido.

El "tuteo"

El norte en la educación es que cada uno ha de asumir su papel sin complejos. Alguien enseña y alguien aprende. Alguien tiene autoridad y otro ha de respetarla. No es retroceder culturalmente, sino reconocer que, a veces, culturalmente nos despistamos y retrocedemos.

Enrique Múgica, el defensor del Pueblo, ha propuesto desterrar el “tuteo” en los colegios, como muestra de respeto y de reconocimiento de la autoridad, que también contribuiría a disminuir la violencia en los centros escolares.

Sarkozy propone que los alumnos se levanten al entrar el profesor, y Múgica que desaparezca el “tuteo”. Indudablemente, son dos apuntes concretos, que alguien puede considerar de interés menor, pero yo más bien pienso que son manifestaciones concretas de un problema muy amplio, que hay que empezar a acotar y afrontar con decisión. La gran tragedia de los problemas amplios es que muchos optan por desanimarse, al observar que son tan complejos. El es gran número de personas “realistas”, que prefieren declinar su responsabilidad, aunque en esta plaga ellos y sus hijos sean víctimas muy cercanas de un conflicto de alcance internacional.

Tarea urgente

El deterioro escolar es un problema de todos, como ha señalado Enrique Múgica. Si es de todos, la tentación de que nadie comience a resolverlo es muy grande. Es un problema cultural, y no político, pero los políticos a veces se empeñan en fomentar una cultura con graves errores, y Zapatero es uno de esos líderes que, sin saberlo muy probablemente, rinde todavía culto al relativismo del Mayo francés. La prueba de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, dando carta blanca al relativismo, es la mejor prueba.

Reforzar al profesor es una tarea urgente. No será fácil ni rápido. Pero abramos un debate valiente. Sugiramos medidas concretas. No evitemos tampoco en los medios de comunicación nuestra responsabilidad. Pero, a veces, se adelanta bastante con medidas firmes. Lo del “tuteo” o levantarse cuando entre el profesor puede ir bien, pero son unos cuantos años de debate e hipotética implantación educativa. Apunto sólo una medida firme, en la línea de la eficacia que reiteradamente reclama Sarkozy, para atajar la sangría de amenazas que reciben los profesores: si un profesor es amenazado o sufre violencia por un padre o alumno, que la Conselleria de Educación asuma el caso y, si es susceptible de delito o falta, que se haga cargo de los gastos de un abogado, con rapidez, poniéndose al lado del profesor desde el primer momento. Que defienda jurídicamente al profesor.

Javier Arnal
02 de julio de 2007 Las Provincias

domingo, 5 de agosto de 2007

Los niños y la televisión ¿Que uso le doy a la televisión?

1) Para saber

Hace poco hubo en Roma una Jornada Mundial de la Comunicaciones, en la que intervino el Papa Benedicto XVI. Ahí se trata de proponer soluciones a los problemas que originan los medios de comunicación. Uno es el uso inadecuado de la televisión. El Papa hizo hincapié en la importancia del cuidado que se ha de tener, especialmente cuando la utilizan los niños.

Recibí la oración, que podría ser de un niño, que apunta a este uso, o abuso, que suele tenerse, y que transcribo a continuación.

"Señor, acudo a Ti para pedirte algo que no te costará trabajo, pues eres Dios. Creo que esto no será muy difícil. Tú que eres bueno y proteges a todos los niños de esta tierra, hoy quiero pedirte un gran favor, sin que se enteren mis padres. Transfórmame en un televisor, para que mis padres me cuiden como lo cuidan; para que me miren con el mismo interés con que mi mamá mira sus telenovelas preferidas o mi papá ve sus deportes favoritos. Incluso mi hermano me golpea por apartarla.

Quiero sentir sobre mi la preocupación que experimentan mis padres cuando la televisión comienza a fallar y rápidamente llaman al técnico. Quiero hablar como ciertos animadores que cuando lo hacen, toda mi familia calla para escucharlos con atención, sin interrumpirlos. Deseo ver a mi Madre tan atenta frente a mí como lo hace cuando ve las ofertas o consejos de belleza que le sugieren. O quisiera ver reír a mi Padre como lo logra el humorista o comediante de moda, con chistes que no entiendo. Quiero simplemente que me crean cuando les cuento mis historias de fantasías diciendo: ¡Es cierto! Lo vi en la tele."

2) Para pensar

Habría que pensar cómo es nuestra actitud ante la televisión, pues hay el peligro de ponerle menos atención a las personas que están a nuestro lado.

Si bien, el mismo adulto ha de saber cuidar todo aquello que mira en la televisión, en el caso de los niños adquiere mayor importancia al estarse apenas formando su personalidad, pudiendo adquirir formas inapropiadas en su pensar y en su obrar.

El Papa señalaba que no es posible dejar a los niños solos ante los medios de comunicación, pues siendo tan atractivos lo que reciben, a veces les lleva a confundir la realidad con la ficción. En ocasiones habrá que acompañarlos, o por lo menos enterarse de lo que ven, para poder dialogar al respecto.

Una medida de prudencia, el Papa apuntaba, es la necesidad de ser selectivos, de modo que piensen y elijan con acierto qué mensajes, qué programas, qué videojuegos son óptimos para su formación. Así los pequeños no serán arrastrados hacia temáticas y enfoques empobrecedores y engañosos que les deteriora y deprime.

Pensemos si vemos todo lo que nos dan o sabemos elegir lo adecuado.

3) Para vivir

Se trata de que aprendan a elegir aquello que les construye y les hace crecer en el bien y la alegría: "La belleza, que es como un espejo de lo divino, inspira y vivifica los corazones y mentes jóvenes, mientras que la fealdad y la tosquedad tienen un impacto deprimente en las actitudes y comportamientos"", dijo el Papa en su mensaje.

El Papa lanzó además "una fuerte invitación a los responsables de los medios para que pongan en primer lugar el respeto a la persona humana".

Aunque los operadores de los medios se ven sometidos a intensas presiones comerciales, sin embargo importa mucho cuidar el bien común, preservar la verdad, proteger la dignidad humana individual y promover el respeto por las necesidades de la familia.

(*) José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero en Computación por la UNAM y Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra.

AutoresCatolicos.org

lunes, 25 de junio de 2007

NULIDAD MATRIMONIAL

Uno de los temas que tratamos en nuestro foro es el de las nulidades matrimoniales. Por su interés, traemos aquí este artículo publicado en el semanario Alfa y Omega sobre este tema.


UN SERVICIO A LA VERDAD


Acerca de las nulidades matrimoniales mucha gente se permite hablar, a menudo superficialmente, basándose en informaciones que ha oído aquí y allá, pero la declaración de que un matrimonio ha sido nulo es algo muy serio, y quienes lo plantean, en una aplastante mayoría, quieren vivir su fe en plenitud.

«Un matrimonio en el que se sufre por serlo no puede ser de Dios», afirma R., un joven agricultor de Castilla la Mancha. Hace unos cinco años contrajo matrimonio con una chica, aun cuando no tenía nada claro qué era lo que realmente deseaba. En el entorno de un pequeño pueblo agrícola, R. sentía que casarse era algo que debía hacer, especialmente según su padre, que le presionaba para dar el paso, pues de lo contrario iba a acabar solo, y además, todas sus hermanas ya se habían casado.

Días antes de la ceremonia, había hablado con el sacerdote que les casaba, y le había expresado sus dudas. R. no recuerda que el sacerdote le respondiera nada. La ceremonia se celebró. R. no fue capaz de imponerse a su familia, ni de superar el temor al escándalo que supondría en el pueblo una ruptura ante una boda inminente. Desde el principio, aquello se parecía más al infierno que a lo que debería ser la felicidad de unos recién casados. Ella le rechazaba hasta en los momentos más íntimos. Ni siquiera dormían juntos. Al poco tiempo, ella abandonó el hogar.
A raíz de la muerte de su padre, en un accidente, R. intentó coger las riendas de su vida, para que se pudiera parecer, al menos, a lo que él siempre había soñado. Se separó, y, al mismo tiempo, comenzó los trámites de la declaración de nulidad. R. es católico, y deseaba vivir su fe coherentemente.

Estaba convencido de que aquel matrimonio era nulo, que no era válido, que no se habían dado las condiciones adecuadas para que tuviera lugar. Contrató los servicios de una abogada en la ciudad más próxima a su pueblo, y ella se encargó de todo. Entonces comenzó el período de espera. Un mes, dos, tres...

Un año, dos, tres. R. llamó tantas veces al Obispado de su diócesis que llegaron a pedirle seriamente que dejara de llamar. R. se pasó tres años llamando y recibiendo la misma contestación: «Sólo hay dos personas por delante de usted».

Al final, al cabo de tres años, el resultado fue negativo: el matrimonio, según declaró la sentencia, no era nulo. Después de este duro golpe, R. contrató a otra abogada, para apelar al tribunal de segunda instancia. De esto hace poco más de un año, y R. está convencido de que los resultados van a ser favorables en esta ocasión. Según el Tribunal Eclesiástico de aquella ciudad, dentro de un mes se hará pública la sentencia. Si es favorable, necesitará la sentencia definitiva del Tribunal de la Rota.

Para R. las cosas han sido muy diferentes de una diócesis a otra. El perito y los trabajadores del Tribunal de esta última le han tratado con cariño y rectitud, como corresponde y como necesita ser tratado a alguien que lleva cuatro años sufriendo. «Mi experiencia es que no todos los tribunales funcionan igual, y algunas personas no se dan cuenta de lo mucho que te juegas», dice, explicando que no siempre se ha sentido bien acogido. Mientras hablamos con R., haciendo un repaso de estos últimos años de tribunales, llamadas, abogados y esperas, comprobamos que nadie, en cuatro años, le ha informado de las diferentes opciones favorables que ofrece la Iglesia a cualquier persona que comience un proceso de nulidad. Nos referimos al gratuito patrocinio (todo el proceso es gratis), la reducción de costes, o los patronos (abogados gratuitos).
«Es la primera vez que oigo hablar de esto», dice R.



LA LEYENDA NEGRA DE LAS NULIDADES

La nulidad matrimonial es un tema muy trillado en la opinión pública, pero de la que existe un grave desconocimiento. En el aire flota cierto malestar debido a la leyenda negra que persigue a las nulidades, alimentada básicamente por muchos medios de comunicación, que han contribuido a extender el bulo de que la nulidad matrimonial es una cuestión de dinero y de influencias, que en ocasiones se concede a personas de una moralidad muy dudosa, y que resulta un expolio económico para toda aquella persona de la calle que quiera pedirla.


Pero de los datos de los procedimientos de actuación para probar, o no, una nulidad, y los testimonios de las personas que trabajan en este ámbito, resultan cosas muy distintas.

¿Qué hay de cierto, y qué hay de leyenda, respecto a las nulidades matrimoniales?

En el discurso que les dirigió, el año pasado, a los miembros del Tribunal de la Rota Romana, el Papa Benedicto XVI recalcó algunos detalles que no se pueden perder de vista cuando se habla de nulidades. Para la mayor parte de los cristianos que piden la declaración de nulidad de su matrimonio, el motivo fundamental es poder rehacer su vida de nuevo, y rehacerla siendo fieles a la doctrina católica.

«Es mucho lo que uno se juega cuando pide la nulidad», decía R., el joven del que hablábamos anteriormente. Y es así. De hecho, el último Sínodo de los Obispos, sobre la Eucaristía, como recordó en el citado discurso Benedicto XVI, tuvo presente, en diferentes ocasiones, el tema de la nulidad matrimonial. Es una preocupación constante, en teólogos y expertos, el debate, o la aparente contradicción, entre el deseo de que los fieles puedan regularizar su situación matrimonial para participar de la Eucaristía, y, al mismo tiempo, la necesidad de ser justos en los Tribunales Eclesiásticos, dándole, al concepto de nulidad matrimonial, toda su importancia y rectitud.

Lo que resaltó Benedicto XVI, entonces, fue que los procesos de nulidad del matrimonio no pretenden «complicar inútilmente la vida a los fieles, ni mucho menos fomentar su espíritu contencioso, sino sólo prestar un servicio a la verdad». Y añadió: «El proceso canónico de nulidad del matrimonio constituye esencialmente un instrumento para certificar la verdad sobre el vínculo conyugal».

Para la mayoría de las personas, el fracaso o la ruptura matrimonial desgarra su vida de arriba abajo. En la mayor parte de las situaciones no se trata de un matrimonio nulo; lo que sí que es cierto, es que muchos fracasos, rupturas y divorcios podían haberse evitado. También muchas nulidades.

Por eso, Benedicto XVI puso el dedo en la llaga cuando afirmó, ante los miembros del Tribunal de la Rota: «La sensibilidad pastoral debe llevar a esforzarse por prevenir las nulidades matrimoniales, cuando se admite a los novios al matrimonio, y a procurar que los cónyuges resuelvan sus posibles problemas, y encuentren el camino de la reconciliación».


CAUSA MÁS COMUNES DE NULIDAD

El avance de ciencias como la Psiquiatría o la Psicología provocó cambios en el Código de Derecho Canónico del año 1983. A partir de entonces, los trastornos de personalidad, o cualquier otro problema de esta índole, pasaban a convertirse en una causa más de nulidad. Estas causas son numerosas y se encuentran perfectamente señaladas en el citado Código. Pero, por lo general, cuatro de ellas son las más comunes.

El Presidente del Tribunal Eclesiástico de Madrid, don Isidro Arnaiz, explica que «las causas o capítulos más corrientes, por los que se declara, en nuestros días, la nulidad matrimonial son, fundamentalmente:
- vicios del consentimiento,
- incapacidad para asumir las obligaciones del matrimonio,
- la no aceptación de la indisolubilidad del matrimonio, y,
- el rechazo de los hijos».

«La primera -explica don Isidro Arnáiz-, los vicios del consentimiento, pueden deberse a que existió un grave defecto de discreción de juicio en el momento de celebrar el matrimonio, como puede ser algún tipo de anomalía psíquica, o circunstancia especial, como, por ejemplo, un embarazo no deseado. Por culpa de estas circunstancias, a la persona le falta la necesaria libertad interna para decidir sobre ese matrimonio. Por ejemplo, una mujer que se queda embarazada, y se siente obligada a casarse por ello.

Por otro lado, está la incapacidad para asumir las obligaciones del matrimonio por causas de naturaleza psíquica. Si se demuestra que, al contraer matrimonio (en ese momento, no después), existía algún tipo de trastorno o anomalía que le impedía asumir estas obligaciones, el matrimonio es nulo.

Pero estamos hablando de trastornos graves. Una leve inmadurez no es motivo de nulidad; tiene que tener entidad suficiente, y para ello, están los peritos, que suelen ser psicólogos o psiquiatras, que determinan hasta qué punto esa persona estaba impedida. Además, el tribunal cuenta con las pruebas documentales que se presenten, como cartas, certificados médicos, etc.» La abogada matrimonialista doña Rosa Corazón, autora del libro Nulidades matrimoniales (ed. Desclée De Brouwer), explica que una causa bastante común también es el engaño doloso.

«Una persona, hombre o mujer, que no tiene capacidad para ser fértil, ¿puede casarse? -plantea para Alfa y Omega la abogada-. Puede. La esterilidad, la falta de fecundidad, no es algo que haga nulo el matrimonio. Pero lo puede hacer si hay engaño, si uno, sabiendo que es estéril, se lo oculta al otro, porque sabe que para su consentimiento es esencial que ese matrimonio tenga posibilidad de procreación, y le engaña haciéndole creer que no lo sabe, o que es fértil. Eso es nulo, pero no por incapacidad, sino por engaño doloso, forzado para conseguir el matrimonio».

El engaño doloso se da, en ocasiones, al tratar el tema de los hijos. La abogada afirma que ha llevado casos de este tipo. Recuerda uno de ellos, el de una pareja que se había casado pensando en tener hijos en un futuro. «Pero pasó el tiempo -explica-, y cuando él le propuso a ella tener hijos, ella respondió más adelante. Y así lo hizo en reiteradas ocasiones, siempre que él tocaba el tema. Lo cierto es que ella le había engañado: nunca había querido tener hijos. En el juicio, sirvieron de prueba manifestaciones de ella diciendo que los hijos no iban con ella, que eran una atadura, le harían perder el tipo y el progreso profesional que quería. Se trataba de un caso claro de nulidad por exclusión de la prole en el matrimonio. Pero en el fondo, además, había un trastorno afectivo profundo en ella. Y es que aprender a querer, exige un paso previo».


LA NULIDAD, UN SEVICIO

Cuando una persona acude a la Iglesia para solicitar la declaración de nulidad de su matrimonio, lo que puede desear es casarse con una segunda persona, tener otra oportunidad en la vida, pero, ante todo, vivir de acuerdo a sus convicciones. Por ello, la Iglesia concibe los procesos de nulidad como un servicio.

Las estadísticas que anualmente prepara cada diócesis (pues no existen estadísticas para toda España) tiran por tierra los sambenitos que hace mucho tiempo tienen colgados los Tribunales Eclesiásticos, respecto a la duración de los procesos y el coste de los mismos. Si bien, como hemos visto en el caso de R., siempre hay excepciones.

Según nos informa don Isidro Arnáiz, Presidente del Tribunal Eclesiástico de Madrid, en el año 2006, se sentenciaron 203 causas de nulidad. De ellas, en 155 se declaró la nulidad, y en 48 se declaró que no constaba. El promedio de tiempo se encuentra, en una causa que no requiera pericia, en torno a los 7 meses, y con pericia, se tramita en torno a los 10 u 11 meses. Uno de los argumentos que con mayor frecuencia se esgrime, a la hora de hablar sobre las nulidades, es el económico.

El hecho de que haya algunas personas famosas a las que se les ha declarado la nulidad ha contribuido a hacer creer en la sociedad que ésta se consigue a golpe de talonario. En cambio, no se habla del gratuito patrocinio, con el que la Iglesia se hace cargo de todos los gastos, ni de la reducción de costes, ni de la figura del Patrono estable, algunas de las opciones que la Iglesia pone a disposición del que lo necesite. Lo que quizá cabría preguntarse es cómo llega esta información a las personas, y si hay la suficiente información correcta.

lunes, 26 de marzo de 2007

La difícil tarea de educar

Cada niño o niña es un ser humano único, original e irrepetible. Su futura personalidad será el producto de la cultura y el ambiente emocional en la que se desenvuelva, irá creando una conducta en función de las relaciones que los adultos tengan con sus comportamientos y de las diferentes experiencias que vaya acumulando.

Por todo ello, debemos pararnos a pensar, en cómo queremos que sean nuestros niños. En ocasiones pensamos que como son muy pequeños no se dan cuenta de las cosas… y en realidad los que no nos damos cuenta de las cosas somos nosotros con respecto a ellos.

Me he propuesto escribir este artículo como herramienta que ayude a los padres en la tarea educativa. Hay ciertas pautas que estaría bien que consideráramos para hacer más llevadera esta tarea. He aquí una serie de aspectos a tener en cuenta:

*Que tenga siempre las mismas rutinas, ya que esto les proporciona seguridad.

*A la hora de hablar a un niño es más efectivo mirarles a los ojos y hablarle con calma; los mensajes han de ser cortos y claros.

*A nosotros como adultos nos gusta que nos respeten, pues bien, a los niños también, y respetar significa: no avasallar ni abusar de la autoridad, escuchar, no mentir, dar opciones, explicar las cosas, hablar afectuosamente, tenerles en cuenta.

*Antes de castigar piénsatelo bien porque no te podrás volver atrás y avísale cúal será la consecuencia de su acto.

*Si te enfadas y no puedes controlar tu enfado tomate unos segundos para relajarte y respirar.

*Ignora toda conducta que te parezca inapropiada. El niño necesita un tiempo para ayudarle a reflexionar, tras este tiempo de reflexión de los dos, exprésale tu enfado de forma clara pero breve, demuéstrale que estás tranquila, explícale con calma que no atenderás sus exigencias, no menciones el comportamiento negativo que deseas eliminar.

Uno de los aspectos más importantes de la educación para hacer que un niño sea feliz es la autoestima y para ello nosotros como tutores debemos fomentarla. Tenemos que hacerle sentir importante, especial. Decirle lo que le queremos, resaltar sus cualidades, reforzar cualquier intento por conseguir algo, alabar sus logros (por pequeños que sean).Animarle a resolver sus problemas.

No está de más que utilicemos un poquito la empatía con nuestros pequeños, es importante que le expresemos que sabemos cómo se siente.

Piensa que para pedir hay que dar, que quizás antes que ordenar hay que proponer. Resalta lo bueno y no des demasiada importancia a lo malo. Tú eres en el espejo en el que se va a mirar.

Debemos procurar entre todos una educación en positivo, los niños y niñas están demasiado acostumbrados a escuchar el NO continuamente. ¡¡Os propongo que lo intentéis con vuestros hijos!!


Pilar Arévalo Moreno
ESCUELA DE FAMILIA

martes, 2 de enero de 2007

Empezamos nueva etapa.

Desde hoy aportaremos contenidos de familia, matrimonio, hijos, novios, amigos, educación y enseñanza, en este nuevo blog de IntCat.
Redacción IntCat